martes, 24 de agosto de 2010

La Cruz

La Cruz es un símbolo sagrado del cristianismo, es llamada La Santa Cruz y se le atribuye una fuerza milagrosa.
Los conquistadores españoles la usaban como señal de poseción en los territorios invadidos donde se proponían a evangelizar a los aborígenes e iniciarlos en el catolicismo.
Así quedo escrito en el acta de la toma de poseción de la llamada Bahía de San Pedro, en 1544, por los oficiales de Valdivia, el teniente de capitán general en el mar, Juan Bautista Pastene y su segundo, Jerónimo de Alderete, éste sería, según la relación del escribano Juan de Cárdenas, el que desembarcó y en tierra se allegó a los aborígenes, y "llegados, tomamos dos indios y dos indias, y teniéndoles cuatro soldados por las manos, tomó poseción Jerónimo de Alderete de la tierra de aquellos indios, en nombre del rey y de su gobernador."
"Y en señal de la dicha poseción dijo las palabras ya dichas tres veces en voz alta e inteligible que todos oímos, y cortó con su espada muchas ramas de unos árboles, y arrancó por su mano muchas yerbas, cavó en la tierra, y bebió en el agua del río Lepileubo, y cortados dos palos grandes, hicimos una cruz y pusímosla encima de un gran árbol, y atámosla en él, y en el pie del mesmo árbol hizo con una daga otras muchas cruces;y todos juntamente nos hincamos de rodillas y dimos gracias a Dios. Testigos que fueron: el capitán Juan Bautista Pastene, Rodrigo de Quiroga, Diego de Oro, Antonio Tarabajano, Juanes de Mortedo, Juan de Elías, el capitán Pedro Esteban, Antonio Venero.
La llamada Bahía de San Pedro, sería la actual Carelmapu, desde ahí, la expedición retornó al norte, para reconocer la Bahía de Corral y Valdivia, actuales.
Dio testimonio del acto de poseción, Antonio Tarabajano, futuro encomendero de Topocalma, según sus compañeros, un hombre piadoso y el más benevolente con sus encomendados. Tarabajano, disputaría por largos años la encomienda de Topocalma con el Alguacil Mayor, Juan Gómez de Almagro, quien, en definitiva,recobrara la poseción de Topocalma, para sí y sería sucedido en la poseción por Juan de Ribadeneira.
Este juicio acumuló gran cantidad de legajos que se conservan en el Archivo Nacional y de los cuales podemos desprender la vida y actividad de la encomienda de Topocalma y Rapel, de sus encomendados y encomenderos, los primeros conquistados de la zona y sus conquistadores.

lunes, 16 de agosto de 2010

Grave Peligro una familia de Rosario

Bajo el título de, "Grave peligro en que se ha encontrado una familia de Rosario", el periódico El Progreso de la comuna de Matanzas, del viernes 27 de julio de 1914, nos informa:"Si grandes fueron los aguaceros con que entró el mes de julio, el del sabado 11, superó en magnitud y perjuicios, siendo estos de tan considerables proporciones, que casi no ha quedado nadie que no haya tenido que lamentar el anegamiento, la pérdida de animales o el destrozo de la propiedad raíz, por el zanjeo de ella en el paso del tremendo aluvión.
Los esteros de Matanzas, de Navidad y Rosario que en tiempos normales, apenas contienen agua para la bebida de los animales, en este aguacero, salieron de sus densos lechos, arrastrando todo lo que encontraron a su paso.
El estero del Rosario sobretodo, fue tan formidable la avenida que puso en serio peligro a las casas que existen en las inmediaciones.
Hubo momentos en que la casa de don Francisco Echeverría fue totalmente aislada por un grueso de agua de más de un metro. Fue tan sorpresiva la creces, que no dio lugar a la familia de ponerse en salvo y a tiempo. Dando lugar a los demás vecinos a acudir a los gritos de auxilios que se daban por las personas de la casa en peligro, felizmente, la casa de buenos cimientos, resistió el empuje de la corriente, una vez que la avenida decreció un tanto, se introdujeron unas personas de a caballo y sacaron en salvo a la familia que en tan inminente peligro de perecer se encontraban momentos antes.
Personas nativas del lugar, dicen que ellos no recuerdan que haya habido un invierno más riguroso que el actual, de lluvia tan recia y persistente."
Un recuerdo casi centenario de la pluma del redactor de El Progreso, el presbítero Evaristo Lazo, de notable carrera eclesiástica, un lujo de hombre de acción, emprendedores de antaño. Através de su lectura podemos formarnos una imagen de un momento de aquella época de gran actividad, de sueños y esperanzas del borde costero y el secano o rulo, como tambien de las inclemencias que suscitaron la nota.
Como han cambiado las cosas, el régimen de las lluvias, las arenas en el fondo de los esteros, el paisaje, las migraciones de la fauna y las aves.
Un vecino me contaba que cuando se dirigía de regreso a su casa de campo, fue alcanzado por un pequeño grupo de curiosas aves pequeñas de color blanco, las que veía por primera vez, desde los más de sesenta años que habita la zona, nunca las vio en otro lugar, era un ave nueva para él y su esposa, su forma era muy parecida a las garzas, solo que una versión enana, un toy-garza.
Al comentarlo con uno de sus vecinos, éste le señaló que uno de sus potreros estaba lleno de esos pájaros, desde hacía varios días. Concurrieron a ver la novedad y encontraron la siembra más espectacular o la sábana más pulcra y gigantesca que hallan visto. Su potrero convertido en estación de tránsito de millares de aves en busca de parajes más benignos y climas amigables, bien, escaso por hoy, por el manejo del hombre, el mentado cambio climático.

domingo, 13 de junio de 2010

Casa Nuestra Señora del Rosario

En el siglo XVI, el encomendero De Almagro, llevó por primera vez al doctrinero encargado del territorio al sur del río Rapel. Cumple su rol en la evangelización de los aborígenes. Un rústico reparo, construido con ramas, para cobijar el altar de campaña. Ese fue el primer templo.
De diversas estructuras materiales y formas, através de los muchos años, los templos se han destruido. Fatiga natural, cataclismo... una y otra vez, y otras tantas se ha vuelto erguir.
Aquí y allá. Hoy, nuevamente, en el emplazamiento de la vieja capilla de San Lorenzo de Pucalán, desde 1750, casi nada, sin embargo, su Iglesia está incólume. A caído el templo, el edificio. Su colapso trae consigo una oportunidad especial para aunar voluntades y acciones. Un gran desafío para deponer los pequeños intereses y entre todos elevar el templo y a la comunidad.
Nuestra Señora del Rosario identifica un gran espectro, capaz de grandes tareas; como mantener la misma sede Parroquial, tantas veces disputada, traer algunos beneficios del progreso, revivir el sano espíritu festivo y hoy como un ensayo general de las otras tareas mayores, tan necesarias de encarar en conjunto, sin ideologismos, hacer las cosas diferentes para obtener resultados diferentes.

domingo, 6 de junio de 2010

El león de Panilonco.


El último león conocido en el borde costero de la comuna de Pichilemu, rindió su vida trás la intensa y multitudinaria partida de cacería, liderada por don Felipe Iturriaga. Una verdadera gesta comunitaria ya que el felino estaba sebado con el modesto ganado de los vecinos de la comarca, los perjuicios que hizo a muchos, motivó la gran faena que culminó con el puma mordiendo la dura roca del litoral.
Este primo hermano del león de Topocalma, como se puede apreciar, tiene una talla promedio, si bien es cierto, no menos respetable.

miércoles, 2 de junio de 2010

El León de Topocalma

La caza de un león en la hacienda de Topocalma de don Onofre Asalgado.
Este señor junto a otros lugareños y algunos perros, lograron encontrarlo en una de las quebradas costeras.
Los cazadores obligaron al felino a trepar a un árbol, donde pretendieron lazarlo vivo para lo cual subieron un niño a un árbol vecino, quién logró colocárselo. El carnivoro reaccionó violentamente y trasladándose a otra rama puso en peligro la vida del chico., razón para que los cazadores abrieran fuego sobre el animal.
El león madía dos metros de largo y uno de altura. Llama la atención las proporciones del felino, que tenía preocupado a los lugareños por los perjuicios que había hecho.
Tremendo león, tremenda historia, tremenda verdad, tremendo relato de la cacería del león de Topocalma y la valentía de los costinos, la tomamos de El Progreso, periódico del Puerto de Matanzas, del día 17 de agosto de 1913.
Historias como estas, de leones, escuché muchas veces, de niño conocí al león de Panilonco, cuan largo era, sobre el rocoso lecho en que fue inmortalizado a los pies de don Felipe Iturriaga, quién comandaba a más de un centenar de cazadores, entre los cuales figuraban Zerafín López, Juan José Gaete (tío de mi madre),cuya hija atesora la fotografía entre sus recuerdos.

viernes, 19 de febrero de 2010

Un Nuevo Aniversario.

La Comuna de Litueche, heredera, con toda propiedad, de la Comuna de El Rosario, conmemora en éste día, la firma del Decreto Supremo que crea la nueva Comuna de El Rosario.
Los habitantes y el territorio de la dieciseis Subdelegación de El Rosario, se independizan de la tutela de los comuneros de La Estrella, zanjando una inequidad espuria, producto de la pugna de intereses de los propietarios de la tierra, consagrados en la ley de la Comuna Autónoma de 1891.
La consolidación de este proceso se debe a un accionar conjunto de los vecinos de El Rosario, fundamentado en intereses y objetivos comunes y el establecimiento de relaciones de confianza. La renovación de aquél espíritu para enfrentar los grandes desafíos es el mejor camino para lograr grandes resultados. Grandes hombres para los grandes resultados que se esperan en el futuro.
El mejor de los futuros para Litueche.

jueves, 14 de enero de 2010

Catorce de la fama.

El capitán Juan Gómez de Almagro se dispone a marchar a Tucapel y reunirse con el Gobernador el 25, según le ha ordenado.
Un espía mapuche se deja apresar mientras merodea el fuerte de Purén. Es interrogado y mediante tormento declara que se reune una gran fuerza de guerreros. 17 levos comarcanos se aprestan para atacar y destruir el fuerte.
El capitán Gómez posterga la marcha y decide quedarse a defender Purén del multitudinario ataque programado. Los defensores, concentrados en el interior, esperan.
El ataque, nunca ocurrió. La mañana del 25, día de la cita con Valdivia, Gómez sale a inspeccionar el campo. No hay señales, nada indica la presencia de los supuestos guerreros. ¡Ha sido engañado!. El propósito, fijarlo en Purén e impedir que apoye a Valdivia, quien se bate dramáticamente en la meseta de Tucapel.
Apresurádamente, instruye al resto de la guarnición a cargo de Purén y junto a trece soldados, a marcha forzada, se interna en Nahuelbuta en demanda del Gobernador.
En las proximidades de Ilicura se hacen visibles algunos piquetes de guerreros mapuche que los conminan a rendirse. Han muerto a Valdivia y a todos los españoles que les acompañaban. Algunos de los guerreros exiben como trofeos diversos implementos del bagaje de los vencidos; armas, ropas y hasta las hojas de papel de documentos de escribanías, lucen un aspecto abigarrado con sus nuevos accesorios.
Continúan. los 14 jinetes, se abren paso a través del camino, siempre hostilizados, hasta llegar al pie de las ruinas de Tucapel.
Se apean de sus caballos para descansar y al instante siguiente vuelven a montar y se ordenan para defenderse de un nutrido escuadrón de guerreros mapuche que avanza inexorable a ultimar a su enemigo.
Varias horas de combate fiero. Solo, el amparo de la noche permite a la partida española, huir. Dejan a los aborígenes auxiliares, abandonados a su entera suerte.
La escapada de los catorce sangra los senderos de Nahuelbuta y planta la vida de Manrique, Escalona, Niño, Maldonado, García, de Neira, Cortés. Ellos, rinden sus sueños ante la bravura mapuche.
Juan Gómez y otros seis, logran reunirse en el Valle de Ilicura. El caballo del capitán, malherido, cae, y este exorta a salvarse, que continúen sin él. Solo, se interna en lo más tupido de la selva.
Los soldados y pobladores del fuerte de Purén, tras la llegada y relación de los maltrechos restos de los catorce, deciden abandonar el fuerte y dirigirse a la Imperial.
A rato de caminar, los alcanza un yanacona que dice haber encontrado en las cercanías del fuerte abandonado a un español, oculto y malherido.
Un pequeño destacamento, vuelve grupas para ir en auxilio de un irreconocible capitán Juan Gómez de Almagro, capitán de los catorce de la fama, encomendero de Topocalma. En esta traza de hombres está arraigado el tronco del mestizaje que crece generoso por los campos de Topocalma, Hidango, Pucalán...

lunes, 4 de enero de 2010

Gómez el 25, a Tucapel

Juan Gómez de Almagro dejó su encomienda de Topocalma a cambio de una en Imperial. Acudió al llamado del Gobernador con una partida de 15 soldados. Hay efervecencia en el territorio mapuche.
Apocos días de salir en dirección a la Imperial fue informado de un ataque al fuerte de Tucapel, ubicado en el margen occidental de la cordillera de Nahuelbuta. El fuerte fue destruido, dejando aisladas las ciudades de Concepción e Imperial. Los sobrevivientes, se refujiaron en el fuerte de Purén, en el lado oriental de la cordillera.
Allí los encontró Gómez de Almagro a quién le confiaron el mando del resto de las tropas de ambos fuertes, dadas sus cualidades y pericia en las cosas de la guerra.
Con una fuerza de alrededor de 35 soldados y algunos centenares de yanaconas auxiliares, el capitán Gómez, enfrenta el asedio a Purén. En medio de la cruenta refriega, su caballo cae dentro de foso preparado por los mapuche. Fue salvado montando al anca de un subalterno.
Logró repeler la ola de ataques sucesivos. Horas más tarde, los mapuche abandonan el campo. En el intertanto, aprovecha Gómez para enviar un correo al Gobernador dando cuenta de la resistencia y contención del enemigo en Purén.
Valdivia se encuentra en las minas de Quilacoya, que a la sazón, están rindiendo 5 libras de oro como promedio diario. No obstante, decide ir personalmente a enfrentar a los alzados, escarmentarlos y restablecer el fuerte de Tucapel. Con el mismo correo manda al capitán Goméz, la orden de reunirse con él en Tucapel, el 25 de diciembre.
Todos los pasos del Gobernador están siendo vigilados y algunos, promovidos por el mismísimo espionaje de Lautaro.
Mediante un ardid, los mapuche, impiden a Gómez marchar desde Purén y reunirse con Valdivia en Tucapel, el día de la navidad.
Las fuerzas de Lautaro franquean la derrota del Gobernador, quién se dirige al teatro de batalla que ha escogido el jefe mapuche, cuyos escuadrones se encuentran ocultos en la espesura de las abruptas quebradas que rodean la altiplanicie de Tucapel.
La columna de Valdivia asciende penósamente, desde la caja del río Lebu hasta las ruinas del fuerte. El capitán Gómez de Almagro no se encuentra en el lugar citado con su partida de refuerzo, campea la desolación. A poco de desmontar se escuchan los instrumentos mapuche llamando a combatir, el estruendo se expande nítidamente en el vasto escenario de la tragedia que se avecina a los tercios de la corona más potente del orbe.
El genio militar del jóven Lautaro, con una presición demoledora realiza su plan en el campo. No dejan españoles sobrevivientes, solo los yanaconas que aceptan pasarse a las filas de los vencedores conservan la vida, unos pocos huyen y el resto cae aniquilado.
Los detalles de la cruenta batalla son conocidos por el relato de Alonso, un aborigen, asistente de Valdivia que logró salvarse de la carnicería. Él refirió a Góngora Marmolejo, los últimos instantes del Apo.Trás sucesivas e infructuosas cargas, la situación es desesperada y el Gobernador llama a salvarse, el que pueda.
Solo acompañado del clérigo Bartolomé del Pozo y Agustinillo, otro asistente aborigen, huyen por el camino de retirada previsto por Lautaro y celósamente guardado por otro escuadrón de reserva.
Un pantano detiene la loca carrera de los prófugos. Prisioneros, fueron conducidos a un aliwen. Fueron desnudados y atados. Agustinillo fue descuartizado y luego, a su turno, el clérigo Pozo. Finalmente, Valdivia. Los capitanes mapuche, iniciaron un rito ancestral, con afilados cuchillos hechos de conchas de mariscos, cortan la musculatura de don Pedro, extraen su corazón, cortan su cabeza, comen sus carnes para incorporar los atributos del bravío y valiente que osó su territorio, su libertad. Por respeto al Admapu.
Ya veremos la peripecia del encomendero, Juan Gómez de Almagro. Lo dejamos, amagado en el fuerte de Purén, a la espera de un ataque que no ocurrió.